Vivienda en el Ensanche

En la calle Joaquín Costa, entre edificios del ensanche y tras una fachada de molduras y balaustradas, se esconde esta vivienda de tonalidad melosa. Construida a finales de los años veinte, forma parte de una de las manzanas residenciales del ensanche. Se sitúa en el barrio de Gran Vía y a tan sólo un paso de la concurrida avenida Reino de Valencia.

Como podemos apreciar en las imágenes, el proyecto trata de poner en valor los elementos que en su origen le confieren su personalidad y virtud. Esta es una de las primeras inquietudes que transmite la propietaria al llamar al estudio; quería recuperar el suelo hidráulico y restaurar las puertas. Un buen punto de partida.

El inmueble cuenta con poco más de 70m2. Perfecto para plantear una vivienda con espacios multifuncionales y fluidos. Su tamaño y forma nos permite plantear una distribución donde la ventilación cruzada se da de manera abundante de parte a parte de la casa. Donde el estudio, vestíbulo, salón y cocina pueden, si el usuario lo desea, fundirse de este a oeste en un solo espacio. Permitiendo que los espacios aumenten así su fondo de perspectiva, y potenciando las vistas cruzadas.

El antiguo balcón trasero, recayente al patio interior, típico de las viviendas de esta época y tipología, había desaparecido. Durante décadas, estos espacios exteriores se iban poco a poco convirtiendo en interiores y formando parte del espacio construido de la casa.

Nuestra propuesta devuelve al inmueble su balcón. De esta manera potenciamos la ventilación de la casa, y le dotamos de un espacio exterior en relación directa con el interior. Recuperando además el espacio de tender y de plantar. Para ello se plantea una ventana corredera que se oculta en su muro lateral. Favoreciendo así la idea de que el espacio interior se funda con el exterior cuando estas estén abiertas. 

Nos esmerarnos en la elección de materiales con el objetivo de unificar la escala cromática. Además, y como también es recurrente en las viviendas de esta época, los techos son altos, confiriéndole una sensación de amplitud que no podíamos perder. Planteamos puertas altas, acordes a la escala de los espacios, estudiando cómo resolver el descuelgue de las vigas y el paso de las instalaciones.

El fruto final ha sido un espacio fluido, abierto y contemporáneo que trata de recobrar características valiosas de su arquitectura original. Su colorido suelo, sus techos altos, su balcón posterior y sus cálidas carpinterías esperemos que acompañen de una manera agradable a quien la vaya a vivir.