Vivienda en el Cabañal

Esta vez aterrizamos en una vivienda del Cabañal, en el último piso de una edificación de finales de los setenta, rodeado entre cubiertas a dos aguas y corrales. Casi como un intruso, se construye ajeno a las maneras constructivas tradicionales del barrio. Nos encontramos con vigas y pilares metálicos, que sustentan forjados de viguetas de hormigón y bovedilla cerámica. Un clásico de la época.

En este rinconcito de la ciudad, vive una joven pareja que pide darle luz y alegría en aquel espacio a transformar. Con este propósito nos sumergimos en un proyecto de planta casi cuadrada. Con aperturas de ventanas principalmente dirigidas al sur y el oeste, aunque también al este y hacia el mar. Lo cual nos permitirá tener una ventilación fabulosa.

El programa consta de dos habitaciones, un estudio, dos baños y por supuesto, un salón-comedor y cocina. Decidimos ubicar la vida diurna de la casa (estudio, salón-comedor y cocina) hacia el sur y el oeste. Por el contrario, la habitación principal de la casa se orienta hacia el este, por donde amanece. De este modo, conseguimos, por un lado, una fabulosa luz continua a lo largo del día en los espacios más diurnos. De otra, la luz de las primeras horas del día entrará hasta los pies de la cama de la habitación principal. Un despertar agradable.

Siguiendo con otras cuestiones del proyecto, las nuevas formas de vivir nos llevan a tener que ubicar nuevas funciones. En este caso el almacenamiento de la bici es parte del programa. Es por eso que el recibidor se amplía. Para evitar que se transforme, poco a poco, en un espacio sucio, se decide revestirlo de material cerámico, fácil de limpiar.

Los propietarios de la casa piden que la vinculación entre la cocina y el espacio de comer sea flexible. Es por eso que la unión se materializa a través de una puerta de tres hojas traslúcida. Esta decisión permite mayor o menor contacto de estos espacios en función del momento.

Una clave del proyecto durante el proceso constructivo es garantizar un buen aislamiento térmico. Siendo que se trata de un último piso, no solo las paredes sino también el techo, serán grandes intercambiadores de energía. Por lo tanto, tenemos que focalizar la atención en que el aislamiento de la cubierta y paredes, junto con las ventanas, sea continuo, garantizado así la mejor eficiencia energética posible.

Con el objetivo de destacar la estructura en la cual se sustenta la casa, las vigas y pilares metálicos se quedan vistas. Es por eso que se busca que ayuden en la configuración de los espacios y también en la estética resultante.

Los colores también juegan un papel importante en la distribución de funciones y la configuración de los espacios. Pinturas y baldosas cerámicas delimitan ambientes, dándoles singularidad y ayudando al dinamismo de la casa.

El paso del tiempo no pasa en balde tampoco para el Cabañal. Y las viviendas se van reconvirtiendo, con el paso del tiempo, en espacios modernos adaptados a las nuevas maneras de habitar.