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Aerotermia, sostenibilidad y ahorro en la vivienda

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Aerotermia, sostenibilidad y ahorro en la vivienda

La aerotermia, tendencia actual, es un sistema que nos permite tener calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria en la vivienda y además, al mismo tiempo, reducir notablemente las facturas de la luz.

 

¿Qué es la aerotermia?

Dentro de las energías renovables existen varios modelos. Las instalaciones de climatización basadas en la transferencia de calor a través de la tierra o el suelo, sería lo que conocemos como geotermia. También existe la alternativa de las placas solares, las cuales se basan en captar la energía solar térmica utilizada usualmente para producir agua caliente doméstica.

 

Y adicionalmente, la aerotermia. La aerotermia es un sistema de climatización que permite, mediante el intercambio de calor, obtener energía del aire, para convertirla en calefacción, refrigeración o agua caliente a través de un solo equipo. 

 

¿Cómo funciona?

La aerotermia utiliza una bomba de calor, ubicada en el exterior de la vivienda, que absorbe la energía del ambiente. Dentro de dicha bomba discurre un refrigerante a través de un circuito compuesto por: evaporador, compresor, condensador y válvula de expansión. El aire exterior calienta el refrigerante y, a través de su paso por dichos componentes, consigue multiplicar su calor para cederlo al agua. Agua que posteriormente se utilizará en la calefacción y en el agua caliente de la vivienda.

 

La aerotermia, tendencia actual, es un sistema que nos permite tener calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria en la vivienda y además, al mismo tiempo, reducir notablemente las facturas de la luz.

 

Si bé aquest sistema requereix d’electricitat per al seu funcionament, aquesta energia només representa el 25% de tota l’energia emprada, per la qual cosa l’estalvi és d’un 75% (Font: Anàlisi econòmica, energètic i ambiental de l’ús de l´aerotèrmia. Universitat de La Rioja, Espanya. Jiménez Macías, 2017). 

 

Partes del circuito en aerotermia:

 

  1. Entrada de aire: la bomba de calor dispone de una unidad ubicada en el exterior de la vivienda para recoger el aire que se transfiere al interior de la bomba.

  2. Evaporador: dentro de la bomba de calor hay un circuito por el que circula el refrigerante a baja temperatura. En la primera parte del circuito se encuentra el evaporador, lugar donde el refrigerante absorbe el calor del aire en un intercambio de calor y se evapora.

  3. Compresor: el refrigerante en estado gaseoso llega a un compresor que aumenta su presión y con ello su temperatura. Esto se debe a que cuando se aumenta la presión de un gas, sus partículas se mueven más rápido y colisionan más veces, lo que produce que se eleve la temperatura.

  4. Condensador: actúa como un intercambiador de calor. El refrigerante entra a alta temperatura y cede el calor al agua, que va a ser usado para calefacción y agua caliente sanitaria a través de suelo radiante, radiadores de baja temperatura, aire acondicionado Split o fan-coils.

  5. Válvula de expansión: tras ceder el calor al agua, el refrigerante aún sigue estando a una temperatura demasiado elevada para volver al evaporador y captar el calor del aire del exterior. Es por ello que necesita pasar por la válvula de expansión, la cual disminuye su presión drásticamente y, con ello su temperatura, volviendo a un estado líquido, listo para reiniciar el proceso.

 

 

El CTE y la aerotermia

 

El nuevo Código Técnico de la Edificación, aprobado en septiembre de 2020, obliga a que todas los edificios de nueva construcción y las rehabilitaciones que requieran de una adaptación al CTE sean de consumo energético casi nulo. El CTE es muy amplio y afecta a distintos aspectos de la construcción, dividiéndose en distintos Documentos Básicos (DB). Dentro de estos documentos, encontramos referencias explícitas a la climatización y ACS en los siguientes apartados: HE 0, limitación de consumo; HE 1, condiciones para el control de la demanda energética; HE 2, condiciones de las instalaciones térmicas; y HE 4, contribución mínima de energía renovable para cubrir la demanda de ACS. Este último punto es el que trae consigo uno de los cambios más importantes introducidos en la nueva normativa, el porcentaje de energía que ha de tener una procedencia renovable. En el caso de la climatización:

 

  • Se plantea que el uso de energía procedente de fuentes renovables tenga un aporte mínimo en la situación límite de consumo de energía primaria total.

  • Se propone la reducción de los consumos de energía final y primaria a través de los sistemas mecánicos: generadores de calefacción, refrigeración y ACS.

  • Se elimina la obligatoriedad de utilizar fuentes de energía renovable concretas, tales como la solar térmica o la solar fotovoltaica

  • Se mantiene como indicador principal de eficiencia energética el consumo de energía primaria no renovable, aunque se introduce un indicador complementario de necesidades energéticas: Consumo de energía primaria total (CEP total) que sustituye a los niveles de demanda límite de calefacción y refrigeración.

 

Es importante acudir a especialistas para así llevar a cabo la mejor solución y cumplir con las exigencias del nuevo CTE.  Es conveniente evaluar y analizar las ventajas y desventajas de cada proyecto en particular, tanto de obra nueva como de reforma, antes de implementarlo en la vivienda.

 

 

Tamborí arquitectes. Equipo de aerotermia instalado para el ACS, la climatización por conductos y la calefacción a través del suelo radiante.

 

Ventajas de la aerotermia:

  • En un único sistema se puede cubrir la demanda de climatización (frí­o-caliente) y agua caliente sanitaria.

  • Se proporciona gran parte de la energí­a utilizada a través de una fuente natural y renovable que no contamina y posee alta rentabilidad.

  • Ahorro energético, y por tanto, ahorro económico. Especialmente con sistemas de calefacción a baja temperatura.

  • Fácil instalación, aunque requiere de una supervisión profesional.

  • Menos costes de mantenimiento respecto a otras fuentes de energía renovable, puesto que los equipos no producen condensaciones que puedan provocar deterioros, 

  • Comparado a otras fuentes de energía, no requiere limpiezas frecuentes.

  • No requiere evacuación de humos puesto que no precisa combustión, por lo que, a su vez, contribuye a la disminución de emisiones de CO2.

  • Opción recomendable para lugares sin suministro de gas natural o GLP.

  • Posibilidad de combinar la aerotermia con apoyo de paneles solares logrando a su vez mayor eficiencia en el sistema.

Desventajas de la aerotermia:

  • Coste inicial elevado.

  • Requerimiento de espacio para la ubicación de la unidad exterior e interior.

  • En zonas muy frías, con largos periodos de temperatura bajo cero, el rendimiento se puede ver afectado. En este caso tendrá que consumir un mayor porcentaje de energía eléctrica.

  • En equipos grandes, puede llegar a ser molesto el ruido emitido por la unidad exterior, aunque esto puede solucionarse con el uso de pantallas acústicas.

Sistema respetuoso con el medio ambiente

  • La aerotermia está incluida dentro del grupo de las energías procedentes de fuentes renovables según la Directiva Europea 2009/28/CE. Además, este sistema de climatización contribuye con los tres objetivos ambientales propuestos por la UE para el año 2030:

  • Uso de energía limpia y renovable. La mayor parte de la energía se obtiene del aire exterior que es totalmente gratuito y ecológico. Esta energía es inagotable y renovable.

  • Reducción de las emisiones de CO2. Todos los sistemas de recuperación del aire así como de todos los fluidos que se utilizan en este sistema no producen efectos negativos en la capa de ozono. Las bombas de calor aerotérmicas son generadores de calor que no utilizan energía fósil, sino que recuperan energía procedente del aire exterior. No existe riesgo en el entorno familiar ya que no hay emisiones contaminantes nocivas para la salud, depósitos de combustibles ni quemadores.

  • Mejora de la eficiencia energética. Además de contribuir a mejorar el planeta, proporciona una serie de beneficios a quienes habitan la vivienda, como el confort y bienestar a un menor coste económico a largo plazo.